La concientización de la importancia vital de recuperar el medio ambiente y de convivir armoniosamente con él es una necesidad apremiante en la educación de los niños, niñas, jóvenes y adultos de nuestro país.
El reconocimiento de las amenazas, la vulnerabilidad y el escenario de riesgo donde cotidianamente se desarrolla nuestro quehacer, se empieza a convertir en un escenario de construcción colectiva, que permite la apropiación de los mismos y nos permite actuar operacionalmente hacia la acción preventiva de factores que afecten la vida, el planeta tierra y la convivencia social.
Nuestra especie, como ninguna otra, ha tenido gran capacidad de impacto sobre el ambiente. La tecnología humana en sus efectos tanto directos como indirectos ha generado transformaciones ecosistémicas, las cuales han cambiado la dinámica propia del funcionamiento del planeta tierra, por lo cual es una necesidad generar una cultura ambiental que permita la construcción de ciudadanos consientes de sus actos y buenos interlocutores con su entorno.
Pensar en las condiciones en las cuales los seres humanos interactuamos y construimos espacios comunes, donde convivimos y nos relacionamos como seres sociales, implica que debemos construir procesos que permitan desarrollar acciones para convivir sin hacer daño al medio ambiente y consientes de los problemas que implican el mal manejo en este, como: el calentamiento global, el descongelamiento de los polos terrestres y demás glaciares, el descontrol extremo de los climas, las inundaciones y otros; mitigar, corregir, prevenir, eliminar riesgos que atenten contra el bienestar físico y mental de la comunidad; y el aprendizaje y concientización del manejo adecuado de los residuos sólidos.
¿Cómo padres de familia como estamos formando en nuestros hijos ese BUEN HABITANTE DEL PLANETA TIERRA?
